Refréscate en Rascafría – Marsha Kononenko

Este pasado fin de semana, mientras que muchos estudiantes viajaron a diferentes países y regiones lejos de Madrid, decidí quedarme y explorar no sólo la ciudad, sino la Comunidad de Madrid. El viernes, día primero de junio, mi compañera de habitación, Vanessa, y yo, decidimos viajar a Sierra Norte para escapar del calor de la ciudad. El calor sofocante puede ser insoportable cuando las piscinas están llenas y no hay una playa cercana. Pero los madrileños conocen unos sitios (no tan) secretos que puede ser aún más relajante que una playa. Durante mi última visita a Madrid, me acordé de ir a un lugar increíblemente hermoso en las montañas después de una visita al Escorial. Después de una búsqueda en Google, encontré el nombre del lugar que visité – Las Presillas en Rascafría.

Rascafría es un municipio con solamente alrededor de 2,000 habitantes a una hora de Madrid en coche. Eso no era una opción viable para nosotros (todavía no entiendo cómo alguien puede averiguar las señales de tráfico aquí) y, por eso, cogimos la línea 194 (también puede usar las líneas 194A y 691) desde la Plaza de Castilla.

Cinco con diez euros y dos horas después, habíamos llegado, finalmente, a Rascafría. Los autobuses interurbanos no son los más cómodos pero fue genial ver un autobús grande navegar a través de las estrechas calles de la ciudad (Una sugerencia: si tomas un autobús y deseas ir directamente a las piscinas naturales, toma la línea 194A hasta la parada cerca de El Monasterio de El Paular). Nos bajamos del autobús cerca del centro del pueblo. Sin duda, Rascafría es un pueblo precioso y los Rascafrienses eran tan amables y nos ayudaron a encontrar el camino a las piscinas.

Fue un paseo lejos de la parada de autobús y no ayudó que nos perdimos en el camino. Sin embargo, cada minuto de la caminata fue muy agradable debido a la increíble belleza natural de Rascafría. Con cada giro equivocado, descubríamos algo nuevo acerca de la ciudad. Vimos parques y jardines hermosas y bellos monumentos arquitectónicos como El Monasterio de El Paular y el Puente de Perdón. La vista de los montañas alrededor de nosotros era impresionante y la vista desde Las Presillas era aún más increíble. Una gran zona de césped rodea las piscinas naturales. El ambiente en Las Presillas era increíble, también. Había gente de todas las edades nadando, haciendo un picnic, jugando varios deportes, y simplemente disfrutando su tiempo.

Sin duda, me gustaría visitar Rascafría y Las Presillas otra vez. Si eres un amante del senderismo o quieres relejarte en un lugar hermoso, recomiendo encarecidamente una visita a Rascafría.

- Marsha Kononenko