Una historia de dos ciudades: Taylor Imperiale

Durante nuestro fin de semana libre, fui a Barcelona para conocer la segunda ciudad más poblada de España y la ciudad que muchos de mis amigos americanos habían gustada y recomendada para visitar.  Mis tres días en esa ciudad fue una experiencia única que nunca olvidaré.  Vi por la primera vez las obras excéntricas de Dalí, incluso el parque Güell y la sagrada familia.  Comí la mejor paella de mi vida y pasé un día entero en la playa preciosa tomando el sol (¡mientras cientos de otras personas hicieron lo mismo….desnudas!).  Me quedé por la primera vez en un hostal (en un cuarto con nueve otros habitantes) y por casualidad conocí a otro estudiante de Duke que no es un miembro de nuestro programa.  ¡De las treinta y cinco habitantes del Hostal Mambo Tango, seis de ellas eran estudiantes de Duke!  Un día, alquilé una bicicleta para hacer una visita turística de la ciudad, y gracias a mi buena suerte, tuve una llanta desinflada.  Tenía que llevar la bicicleta en el metro durante la hora pico (¡mi peor pesadilla!) y solo recibí un descuento de diez por ciento para la bicicleta defectuoso.  No quiero daros una mala impresión de la ciudad; en verdad, me disfrutaba mucho en la ciudad aunque tenía algunas experiencias de la mala suerte.  No obstante, había dos aspectos de la ciudad que me dejaron incomodo: ciertas partes de la ciudad (el metro, por ejemplo) me parecieron muy sucias, y siempre había demasiada gente tratando de venderte algo en las calles.  Por eso, a veces no podía gozar de la ciudad por miedo de que todo el mundo quería mi dinero.

Madrid es una ciudad con gente muy amigable, varios lugares de interés cultural y comida deliciosa.  Quizás el aspecto de la ciudad que me gusta más es los parques.  A lo largo de este viaje en Madrid, he pasado una parte de cada día caminando por un parque.  En los parques como el Retiro, Madrid Río, Casa del Campo, Campo del Moro, etc., siempre hay una gran diversidad de gente.  Hay gente mayor caminando con sus bastones y sus esposos, deportistas haciendo ejercicios, padres jugando con sus hijos, chavales besando (¡no quiero ver esas demostraciones de afecto!), y lo más chistoso de todos, gente de todas edades tomando el sol en la playa artificial de Madrid Río.  El parque Güell en Barcelona tiene un vista increíble de la ciudad, pero la cantidad y calidad de los parques en Madrid me parece mejor.  Después de casi seis semanas explorando, aprendiendo, y disfrutando de la ciudad de Madrid, estoy seguro de que esta es una ciudad increíble.  Y mientras no quiero decir nada mal de Barcelona, nunca he sentido tan incomodo en Madrid como sentía a veces en Barcelona.  En conclusión, estoy de la opinión que Madrid es la ciudad superior con dos excepciones importantes: la clima de Barcelona me parece mejor y Barcelona tiene playas muy agradables.  Estoy seguro de que este debate seguirá entre los madrileños y los barceloneses por siglos.  Sin embargo, me gustaría añadir una chufleta más: ¡vamos Real Madrid!